Las zancadillas y la censura que el poder pone a diario contra candidatura de Alvise Pérez y su agrupación de electores Se Acabó La Fiesta procede del gobierno de Pedro Sánchez, afectado por los escándalos de corrupción que asolan a éste y al Partido Socialista, publicados en los medios desde no hace mucho tiempo y expuestos desde hace años por el propio Alvise; provienen del Ministerio del Interior, cuyo infame titular Marlaska impidió que se pudiera utilizar la marca política Alvise para un nuevo partido, provienen de los medios de comunicación, genuflexos en su práctica totalidad ante el poder que les insufla dinero público en sus maltrechas arcas, y provienen de las redes sociales que, invariablemente y en ocasiones tratando de dar una imagen de independencia que no tienen, banean canales y contenidos a todo disidente, como es el caso de Alvise.
Hoy, en su canal de Telegram, Alvise Pérez expone la censura de la red social X; sí, aquella que iba a ser más libre desde que fue adquirida por Elon Musk, y la maniobra de ataque que el diario digital El País, siempre lamiendo las botas del PSOE a costa de la verdad y el periodismo, pretende articular para horadar la imparable ola de aceptación popular que se ha demostrado en las calles de toda España cuando Alvise ha repartido en mano en muchas ciudades las papeletas de Se Acabó La Fiesta ante el posible fraude que pudiera ocurrir en Correos y a pie de urna. Del sabotaje de Correos se publicaron pruebas suficientes durante la recogida de avales para la presentación de la candidatura; y de la falta de papeletas en mesas electorales… viendo cómo transcurre todo, no creo que haya muchas dudas de que pueda producirse en algún colegio electoral.
Se Acabó La Fiesta molesta a todos. A todos sin excepción. Al gobierno y al poder que le dirige, a los medios de desinformación, y a las redes sociales del sistema. Estamos en el buen camino.