Nunca había sucedido nada igual, precisamente porque la normativa internacional sobre medicinas y vacunas jamás lo habría permitido, pero eran tiempos de covid. una pandemia planificada por las élites y anunciada paso a paso meses antes en el Evento 201 y que bien pronto fue más conocida como «plandemia» en los medios de información alternativos a los medios de manipulación del sistema.
Pocos meses después llegarían las sucesivas dosis de timovacunas de Pfizer, Astra-Zeneca, Moderna… etc, que habían sido creadas en tiempo récord para ser administradas a la población justo en el momento en que que jamás debería hacerse, porque hasta entonces, el gran mundo de la sanidad proclamaba que durante una epidemia jamás se debería vacunar a nadie contra esa epidemia.
Esta vez fue distinto. Las élites habían pisado el acelerador en su ensayo de exterminio global y el siguiente paso era envenenar al mayor número posible de población con tratamientos génicos que están demostrando su letalidad a corto, medios y largo plazo.
Para la historia quedará el número de muertos y enfermos crónicos provocados por las «vacunas» basadas en ARNm contra las que tanto avisaron eminencias médicas que, por sus mensajes de alerta, fueron censurados, ridiculizados y sancionados. Pero para la historia quedará también la persecución sufrida por quienes decidimos bajo nuestra responsabilidad no envenenarnos. La división entre la sociedad y entre las familias creada por los medios de manipulación y sus comunicadores estrella, actores y otros supuestos artistas, literalmente insultándonos por no obedecer servilmente al poder que acabó por enfermar y matar a algunos de ellos junto al resto de fallecidos.
Ahora, años después, muchos han despertado. Han visto de primera mano los efectos perniciosos de semejantes tratamientos. Efectos sobre los que avisaron quienes fueron censurados por hacerlo. Las vidas perdidas ya no se podrán recuperar, ni la salud de los enfermos crónicos provocados por la codicia de quienes querían obligarnos a pincharnos. Fue una matanza. mundial. Y otros muchos se niegan a reconocerlo.