Al principio los gobernantes, los políticos, los periodistas, los comunicadores… todos negaban que en los servicios sociales de cada municipio se repitiera la misma constante: que los inmigrantes en general, y los magrebíes en particular, disfrutaban de beneficios que los españoles no recibían de igual manera. Quien asegurase tal cosa era un mentiroso o un conspiranoico. Pero era una realidad. Yo mismo lo vi cuando fui voluntario en un servicio social. Voluntariado que abandone cuando presencié reiteradamente cómo a los españoles en situación de necesidad no se les ayudaba de igual manera que a los inmigrantes, especialmente de ciertas nacionalidades. Pero como suele suceder, la realidad acaba por hacer brechas en los contenedores de basura en los que se entierra la realidad incómoda que muestra como se provoca el hundimiento de toda una sociedad privando de ayuda a sus propios necesitados para provocar la decepción sobre su propio país y su sistema de valores. Aquellas «mentiras» ya son verdades conocidas por todos. Los políticos ya no las ocultan ni desmienten. Y cada vez es más común conocer casos en los que inmigrantes privilegiados se ríen y menosprecian a los españoles, sabedores de que son los grandes favorecidos por gobiernos entregados a la agenda global y sus terribles intenciones. En el vídeo, la española casada con el marroquí que graba el vídeo, llega a sonrojarse enumerando todo lo que recibe de un estado que, si ella fuera una simple soltera española o casada con un español, no pondría el mismo interés en beneficiarla como ella misma confiesa en su actual situación.